Ir al contenido principal

Un baúl de recuerdos


Todos tenemos nuestro propio baúl de recuerdos
El mío es una colección de historias,
una infancia feliz en un barrio marginal
junto a aquellos inolvidables amigos de cuyas vidas apenas sé ya.
Historias de tardes tumbadas a orillas de un lago glaciar,
historias de amor, de odio, de tristeza, de alegría.... HISTORIAS
¿Y no es eso acaso la vida?
Un cúmulo de historias.
Pero dentro de mis historias de la vida real
también están aquellas que sucedieron en mi mundo paralelo
historias de aventuras, romances, magia, y a veces incluso de terror.
Todas ellas cuidadosamente envueltas en un papel de fina seda
como mi más preciado tesoro.
Mis recuerdos...
Eso que queda tras los momentos que el viento arrastra consigo
una forma de volver al pasado.
A veces, abro el baúl de mis recuerdos y los admiro, pero en ocasiones
se hace difícil volver a cerrarlo.
Todo cuanto he sido
todo cuanto soy y todo cuanto seré.
TODO encerrado en un pequeño baúl de plata
cuyo paradero sólo yo conozco
y solo en mis ojos y en mi sonrisa cómplice se puede adivinar
cuándo ese baúl ha sido abierto.
Y es que todos tenemos nuestro propio baúl de recuerdos.



Irene, 2012.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El secreto de las perlas

En algún lugar del mundo, en el fondo de un inmenso océano, hubo una vez una ostra que de entre todas sus hermanas fue la única que engendró una hermosa perla. Desde bien pequeña fue alabada, y una y mil veces su ostra le repitió que era especial, pero lo cierto es que aquella perla observaba al resto de ostras día y noche, y el vacío que en ellas contemplaba impregnaba su alma de soledad. Pues si bien era única, para la nívea canica eso significaba que no había nadie más como ella. ¿Cómo podría entonces terminar por comprenderse a sí misma? Sucedió que un día cualquiera la perla decidió que llenaría su vacío viajando, y así rodó por todo el océano, conociendo peces y algas de los cuales aprendió grandes cosas, pero ninguna de aquellas experiencias logró completar ese "algo" inmaterial, que aún no pudiendo verlo ni tocarlo, sentía como mil dagas deformando su lisa y brillante superficie. Y así se cansó de buscar. Decidió detenerse junto a un arrecife, y co

¿Por qué lees?

Me preguntas por qué leo y no hay palabras suficientes en el mundo para que logres comprenderlo de no ser que abras un libro y lo navegues. ¿Por qué leo? Porque me encanta surcar las páginas de un buen libro y empaparme de sus historias, lugares y personajes; porque así nuestra mente alcanza lugares a los que nuestro cuerpo jamás podrá llegar, intangibles y abstractos, pero reales pese a todo. Leo porque soy humana, y la literatura surgió como una necesidad del espíritu, del alma humana; porque me gusta viajar e imaginar y adoro aprender cosas nuevas sobre la vida y sobre mí misma a través de eso que para los ignorantes sólo es un papel lleno de hendiduras. Leo porque persigo un sueño, porque me salva de un mundo en el que la palabra imaginación queda cada vez más recluida, de tal manera que ni a los niños se les permite casi soñar. O a veces también para entender mejor ese mismo mundo, pues a menudo es el arte el único capaz de explicarlo. Para eso leo, para soñar, porque sólo so