Ir al contenido principal

¿Por qué lees?


Me preguntas por qué leo y no hay palabras suficientes en el mundo para que logres comprenderlo de no ser que abras un libro y lo navegues.
¿Por qué leo? Porque me encanta surcar las páginas de un buen libro y empaparme de sus historias, lugares y personajes; porque así nuestra mente alcanza lugares a los que nuestro cuerpo jamás podrá llegar, intangibles y abstractos, pero reales pese a todo. Leo porque soy humana, y la literatura surgió como una necesidad del espíritu, del alma humana; porque me gusta viajar e imaginar y adoro aprender cosas nuevas sobre la vida y sobre mí misma a través de eso que para los ignorantes sólo es un papel lleno de hendiduras. Leo porque persigo un sueño, porque me salva de un mundo en el que la palabra imaginación queda cada vez más recluida, de tal manera que ni a los niños se les permite casi soñar. O a veces también para entender mejor ese mismo mundo, pues a menudo es el arte el único capaz de explicarlo. Para eso leo, para soñar, porque sólo soñando vivimos realmente.

Me preguntas por qué leo, y yo te respondo: Porque estoy viva.
Feliz día del libro

Irene, 2012.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un libro . . . un sentimiento

Los buenos libros deben tener una gran frase inicial, que encandile, enganche y haga que el lector desee llegar a las siguientes páginas, por eso me gusta pensar que un libro es como la vida misma. Cada momento importante debe tener un gran comienzo, que nos haga ansiar conocer qué nos deparará el futuro. Nunca me había parado a pensar en ello, pero se puede decir sin exagerar que antes de aprender a escribir, ya creaba historias. Me encantaba inventarme mundos que solo yo conocía, personajes que vivían toda clase de aventuras… Gracias a esas historias, en mi infancia viví muchas vidas diferentes, visité lugares en los que nadie había estado y conocí tantas personas que ya no recuerdo sus nombres. Son muy pocos los que entienden el sentimiento que te embarga cuando juntas una hoja en blanco y una tormenta de imaginación. Unas lo consideran aburrido, otras, hermoso y a algunas les parece curioso, pero realmente es difícil explicárselo alguien que no lo ha sentido. Un ...

El secreto de las perlas

En algún lugar del mundo, en el fondo de un inmenso océano, hubo una vez una ostra que de entre todas sus hermanas fue la única que engendró una hermosa perla. Desde bien pequeña fue alabada, y una y mil veces su ostra le repitió que era especial, pero lo cierto es que aquella perla observaba al resto de ostras día y noche, y el vacío que en ellas contemplaba impregnaba su alma de soledad. Pues si bien era única, para la nívea canica eso significaba que no había nadie más como ella. ¿Cómo podría entonces terminar por comprenderse a sí misma? Sucedió que un día cualquiera la perla decidió que llenaría su vacío viajando, y así rodó por todo el océano, conociendo peces y algas de los cuales aprendió grandes cosas, pero ninguna de aquellas experiencias logró completar ese "algo" inmaterial, que aún no pudiendo verlo ni tocarlo, sentía como mil dagas deformando su lisa y brillante superficie. Y así se cansó de buscar. Decidió detenerse junto a un arrecife, y co...

Un tesoro de cristal

Lo voy a confesar: yo soy una de esas personas que llora y ríe con los libros, soy una persona que vive con los libros. Y no podría sentirme más orgullosa de esa parte de mí, por ridícula que pueda parecer a otras personas. Esa parte de mí es un tesoro de cristal en mi interior, frágil y bello. Adoro sumergirme en los libros, amo el tacto de sus páginas bajo mis dedos, el cómo a veces pueden apreciarse las débiles hendiduras de la tinta. Su olor, el olor de los libros nuevos, que es una promesa, y el de los libros viejos, que cuenta una historia por sí solo. Y, aunque quienes aparezcan en esas páginas no sean reales, para mí viven y respiran en ellas. Adoro la ficción porque en ella encuentro mucha más realidad que en cualquier otra parte. En los libros la naturaleza humana, las emociones y los sentimientos se hallan al descubierto, esperando que algún lector piadoso las examine y se maraville con todo lo que pueden llegar a contener, y a cambio ellos le entregan otros muchos n...