Ir al contenido principal

Terapia (microcuento)


Todas aquellas emociones la estaban ahogando. Construyó un cuaderno y escribió en él todas aquellas sensaciones, día tras día, incansablemente, y estas fluían a través de su pluma hasta quedar encarceladas en el papel. Cada vez que se sentía insuficiente, cada vez que creía notar cómo una mano invisible le oprimía el corazón. Cada duda, cada miedo. Lo dejaba salir todo, completamente desnuda ante la hoja en blanco.  Conforme escribía, sentía que se liberaba, que el peso del mundo liberaba sus hombros, sus pulmones se henchían y que,e n algún lejano, una estrella volvía a sonreírle. 

Irene, 2018.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un libro . . . un sentimiento

Los buenos libros deben tener una gran frase inicial, que encandile, enganche y haga que el lector desee llegar a las siguientes páginas, por eso me gusta pensar que un libro es como la vida misma. Cada momento importante debe tener un gran comienzo, que nos haga ansiar conocer qué nos deparará el futuro. Nunca me había parado a pensar en ello, pero se puede decir sin exagerar que antes de aprender a escribir, ya creaba historias. Me encantaba inventarme mundos que solo yo conocía, personajes que vivían toda clase de aventuras… Gracias a esas historias, en mi infancia viví muchas vidas diferentes, visité lugares en los que nadie había estado y conocí tantas personas que ya no recuerdo sus nombres. Son muy pocos los que entienden el sentimiento que te embarga cuando juntas una hoja en blanco y una tormenta de imaginación. Unas lo consideran aburrido, otras, hermoso y a algunas les parece curioso, pero realmente es difícil explicárselo alguien que no lo ha sentido. Un

El verdadero Jack Dawson

Saludos de nuevo. Ya sé que no acostumbro a subir nada en este blog que no sean cuentos o escritos fruto de mis reflexiones internas, pero hoy he querido publicar una historia real que durante este verano abstrajo mi mente. Confieso ser una gran entusiasta del Titanic, tanto de la película, que es mi favorita, como de las historias verídicas que encierra bajo su oxidada cubierta de metal. Un buen día de estos en que las horas parecen transcurrir en años, estaba pasando canales sin apenas prestar atención a lo que aparecía en la pantalla y entonces vi este documental. Me resultó bastante interesante, así que me levanté del sofá y comencé a investigar. Encontré una página en inglés en la que contaba toda la historia y, dicho sea de paso, con bastante ayuda por parte de mi hermana, la traduje y elaboré la pequeña historia que os dejo aquí abajo. Espero que os guste y, como siempre, que disfrutéis tanto leyéndola como yo escribiéndola. Un abrazo Irene En el cementerio Fairview Lawn

Sueños de palabras...

Dejar volar mi imaginación, sentir cómo mis pensamientos se deslizan suavemente entre las olas de mi mente, ese mar embravecido de sentimientos que por más que intento no consigo acallar. Abrazando la almohada empapada una vez más, tratando de comprender lo incomprensible. Y entonces me levanto, tomo lápiz y papel y dejo brotar las palabras como si de viejas amigas se trataran, deslizándose entre mis dedos para escurrirse hasta la punta del lápiz y estrellarse en el papel. Conforme la nívea superficie se cubre de ondulaciones por las palabras impresas en ella, mi mente se va despejando, como si todas las sensaciones se escabulleran juguetonas hasta el baúl donde guardo mis más profundos temores, mis más pesadas cargas, esas tristezas que de vez en cuando vuelven a flotar y arrugan el camino impidiéndome avanzar. Termino ya, cierro el baúl con llave y tomo la máscara que está junto a la puerta, cubriendo así un rostro triste, cansado, con una sonrisa que quizás algún día no ne